Desde que tengo conciencia me recuerdo diferente al resto. Siempre he encajado en cualquier situación, en cualquier ambiente, tanto favorable como desfavorable. La vida me ha planteado constantes problemas y dudas internas que, como buenamente he podido, he ido resolviendo, construyendo algo en mi interior cada vez más fuerte. Como si de una pirámide se tratara, cada pequeño detalle de mi vida lo he ido exprimiendo para, en primer lugar formar una base lo más consistente posible, unos cimientos, sobre los que colocar estructuradamente enormes cantidades de información y experiencias relevantes.
A pesar de tener un "yo" seguro, no tengo nada claro que quiero hacer con todo esto. ¿Qué es lo que me dará la felicidad realmente? ¿Merecerá la pena el sufrimiento?
Prefiero detenerme a oler las rosas antes de encarar cualquier problema, incluso en mitad del mismo no puedo evitar mirar al cielo y sonreir, sé que de algún modo esté donde esté, haga lo que haga, lo haré en el momento, en la situación, en el lugar indicado.
Un viejo amigo me preguntó un día, ¿cuando estás en la situación más difícil, cómo haces para mantener la compostura?
respondí que simplemente esa situación no sería en vano, para alcanzar el climax de una manera más intensa primero debes tocar fondo. El momento en el que toques fondo serás realmente libre de hacer lo que tu quieras, no dejarás que nada te posea. Podrás perder un empleo, una casa, un coche... pero serás consciente de que no puedes ser derrotado...
Hace 6 años soñe que algún día me pasaría algo que cambiaría mi vida para peor, que me obligaría a dejar de hacer cosas que me gustan. Pocos años después se me detecto una enfermedad en el corazón que me impediría realizar las actividades que más me motivaban, lo que me daba el auténtico éxtasis.
En ningún momento pensé que eso me iba a hacer un bien infinito, que me elevaría hasta un punto en el que miro abajo y solo veo polvo, polvo y sombras. Y lo mejor es que no encuentro el techo, cuando más me alimento de cada sensación de la vida, de cada contacto con la mínima partícula, cada interacción, más subo, mejor me siento.
Un camino de arena, una rosa, un paisaje, una cereza, agua, la brisa que acaricia mis manos al aire libre. Todo me hace sentirme tan vivo...

Creo que conozco a la futura madre de mis hijos, hasta el gran punto de inflexión jamás habría pensado que llegaría a este punto. Vivimos juntos en un chalet apartado del núcleo de la ciudad, donde no se escucha el ruído de los coches, donde cada mañana se oye a una gran cantidad de pajaros, donde el aire es casi puro. Al salir de casa lo primero que se ve es un caminito de piedras con flores a los lados, un banco en el que me encanta sentarme a estudiar cuando hace buen tiempo, y un peral. Por detrás hay un bosque, me gusta perderme por ahí de vez en cuando.
Estamos a 5 minutos de la "civilización", pero a un segundo del paraíso.


Cada vez tengo más claro que las cosas que hago tienen un significado relevante no solo para mi, sino para todos los que me rodean.
Vivir entre cenizas o morir a la sombra de mi árbol... creo que prefiero morir respirando vida, la propia vida que yo he decidido crear. Ahora soy libre de escoger mi destino.

Que bonito

Los primeros parrafos pueden resumirse como; hacer de la necesidad virtud.

Eres increible tio increible , me dejas sin palabras con cada post no se como lo haces

en definitiva, que vivamos nuestras vidas xD

Rivas te has planteado seriamente dedicarte a la escritura o a la filosofía? Me has dejado sin palabras.

Grande!!! que te vaya todo bien!

Robi escribió:

en definitiva, que vivamos nuestras vidas xD

Carpe Diem jaja

Sin palabras espectacular reflexión, un grande!

Lo unico que se puede decir a eso es:













PD: Eres muy grande rivas, demasiado grande

muy grande rivas

Que te vaya muy bien crack, alla dodne vayas. Te llevas muchos amigos de aqui y que sepas que eres muy querido. Un fuerte abrazo y que te vaya toda la vida como la has soñado siempre.

Hasta siempre Brad

d.rivas escribió:

  Desde que tengo conciencia me recuerdo diferente al resto. Siempre he encajado en cualquier situación, en cualquier ambiente, tanto favorable como desfavorable. La vida me ha planteado constantes problemas y dudas internas que, como buenamente he podido, he ido resolviendo, construyendo algo en mi interior cada vez más fuerte. Como si de una pirámide se tratara, cada pequeño detalle de mi vida lo he ido exprimiendo para, en primer lugar formar una base lo más consistente posible, unos cimientos, sobre los que colocar estructuradamente enormes cantidades de información y experiencias relevantes.
  A pesar de tener un "yo" seguro, no tengo nada claro que quiero hacer con todo esto. ¿Qué es lo que me dará la felicidad realmente? ¿Merecerá la pena el sufrimiento?
  Prefiero detenerme a oler las rosas antes de encarar cualquier problema, incluso en mitad del mismo no puedo evitar mirar al cielo y sonreir, sé que de algún modo esté donde esté, haga lo que haga, lo haré en el momento, en la situación, en el lugar indicado.
  Un viejo amigo me preguntó un día, ¿cuando estás en la situación más difícil, cómo haces para mantener la compostura?
respondí que simplemente esa situación no sería en vano, para alcanzar el climax de una manera más intensa primero debes tocar fondo. El momento en el que toques fondo serás realmente libre de hacer lo que tu quieras, no dejarás que nada te posea. Podrás perder un empleo, una casa, un coche... pero serás consciente de que no puedes ser derrotado...
  Hace 6 años soñe que algún día me pasaría algo que cambiaría mi vida para peor, que me obligaría a dejar de hacer cosas que me gustan. Pocos años después se me detecto una enfermedad en el corazón que me impediría realizar las actividades que más me motivaban, lo que me daba el auténtico éxtasis.
  En ningún momento pensé que eso me iba a hacer un bien infinito, que me elevaría hasta un punto en el que miro abajo y solo veo polvo, polvo y sombras. Y lo mejor es que no encuentro el techo, cuando más me alimento de cada sensación de la vida, de cada contacto con la mínima partícula, cada interacción, más subo, mejor me siento.
  Un camino de arena, una rosa, un paisaje, una cereza, agua, la brisa que acaricia mis manos al aire libre. Todo me hace sentirme tan vivo...
 
  Creo que conozco a la futura madre de mis hijos, hasta el gran punto de inflexión jamás habría pensado que llegaría a este punto. Vivimos juntos en un chalet apartado del núcleo de la ciudad, donde no se escucha el ruído de los coches, donde cada mañana se oye a una gran cantidad de pajaros, donde el aire es casi puro. Al salir de casa lo primero que se ve es un caminito de piedras con flores a los lados, un banco en el que me encanta sentarme a estudiar cuando hace buen tiempo, y un peral. Por detrás hay un bosque, me gusta perderme por ahí de vez en cuando.
  Estamos a 5 minutos de la "civilización", pero a un segundo del paraíso.


  Cada vez tengo más claro que las cosas que hago tienen un significado relevante no solo para mi, sino para todos los que me rodean.
  Vivir entre cenizas o morir a la sombra de mi árbol... creo que prefiero morir respirando vida, la propia vida que yo he decidido crear. Ahora soy libre de escoger mi destino.

luego me lo leo