El 14 de agosto es la fecha prevista para el comienzo del Apertura 2009. Sin embargo, el inicio del torneo será pospuesto si siete clubes de primera división no consiguen levantar las inhibiciones interpuestas por el sindicato de jugadores para que sus representados puedan cobrar una deuda que ha ido creciendo con el correr de los años.
En un país que gira alrededor de un balón, la demora puede traer consecuencias negativas desde el punto de vista deportivo (se comprimiría aún más un calendario ya de por sí apretado) y social (el fútbol actúa como una eficaz cortina de humo que todo lo tapa). Por esta razón, el presidente de la Asociación de Fútbol Argentino, Julio Grondona, mantendrá una reunión con el Jefe de Gabinete de Gobierno, Aníbal Fernández, para buscar una solución conjunta que permita destrabar el conflicto, es decir, conseguir dinero.
Grondona cree que los fondos podrían venir con un relanzamiento del PRODE (la ‘quiniela’ argentina), que ha ido perdiendo protagonismo con el correr de los años y la aparición de otras formas de apuestas más renovadas y atractivas.
En todo caso, la deuda de los siete clubes de primera división inhibidos (River, Independiente, Racing, Newell's, San Lorenzo, Huracán y Central) supera los cinco millones de euros. Si se suma la contraída por los catorce equipos de la segunda y la tercera división (cuyos inicios de competición ya habían sido pospuestos con anterioridad), la cifra asciende a unos siete millones y medio de euros