Bueno, así se titula mi primer libro, "Mafia en New Brendan"
Espero vuestras opiniones, criticas, halagos y demas
MAFIA EN NEW BRENDANNew Brendan City, año 1940Capitulo 1: Los iniciosNew Brendan es una ciudad a la moda, un lugar de fiesta, corrupción, lujuria, envidia, venganza…
La “city” esta llena de contrastes, se pueden observar algunas de las mejores mansiones del mundo y a los pocos metros alguno de los barrios más pobres.
Los niños ricos juegan a ser malos y los pobres solo se buscan la vida, para los turistas New Brendan puede ser una ciudad maravillosa si no llegan a perderse, si por casualidad alguno se desvía de los caminos seguros ninguna oración posible les salvara.
La metrópoli se divide en barrios, algunos son calles preciosas y muy recomendadas para visitar pero también se pueden encontrar algunos en los que ni la policía se atreve a penetrar.
La ciudad se encuentra dominada por las mafias por lo que las guerras de familias no es nada raro, el día que no se encuentra a nadie con un disparo en la cabeza es extraño.
Los mafiosos son los únicos que se atreven a entrar en cualquier barrio, imponen demasiado respeto como para ser tocados, aplican sus propias leyes, matan a quien quieren, sobornan políticos y policías, son una especie de dioses intocables.
En New Brendan City vive un joven con ganas de triunfar llamado Tom Hawes, alguna gente que le conoce cree que es un chico débil y temeroso debido a las palizas que le había propinado su padrastro, Roger Griezz, cuando solo era un niño, pero se equivocan, esos golpes le habían hecho más fuerte o eso era lo que él creía…
Tom tiene 20 años, el único motivo por el que su padrastro no le sigue pegando es por que ya no tiene la fuerza suficiente para intimidar al chico, de haber podido jamás habría parado de pegarle.
El chico guardaba un odio intenso hacía Roger, se había jurado que el cabrón que le había hecho sufrir años atrás las pagaría todas juntas algún día.
Cuando Tom era pequeño su madre, Elizabeth, solo podía cerrar los ojos ante esos hechos, sufría tanto como su hijo pero ella solo era una simple camarera por lo que necesitaba a Roger para poder mantener una economía estable.
Creía que eran mejor unas palizas antes que tener que vivir en la calle sometidos a numerosos peligros.
Elizabeth conoció a Roger cuando fue por el bar en el que trabaja actualmente preguntando por un puesto de camarera, Roger es el dueño del local, por eso mismo si la madre de Tom se divorciara perdería su trabajo y los ingresos de su marido por lo que tendría que irse a vivir a la calle, también temía la violencia de Roger y no quería ni imaginárselo si decidiera separar sus caminos.
Comenzaron la relación al poco tiempo de que el padre de Tom, Richard Hawes, muriera, ella jamás quiso a Roger ya que su corazón solo esta ocupado por Richard mientras que su nuevo esposo solo es una fuente de ingresos a la que tiene que soportar todos los días.
Para Tom su madre es su gran apoyo, un ejemplo de sacrificio y la persona por la que sería capaz de entregar la vida.
Él comprende que su madre salga con Roger, lo ve necesario para poder sobrevivir a pesar de lo mal que lo habían pasado.
El dinero es el dinero…
-¡New Brendan allá voy, estoy preparado para lograr un gran empleo!
-¿Qué dices hijo?- su madre lo escuchó perfectamente pero no se hace a la idea sobre los sueños del chico.
- Bien lo sabes mamá, buscare un trabajo importante, conseguiré que no tengamos que depender más del cabronazo de Roger.
-No lo digas tan alto, está en la cocina y te podría escuchar- su madre no confía en que su hijo logré un buen trabajo ya que los estudios nunca han sido lo suyo y ella los ve necesarios para triunfar-¿Cómo vas a lograr un empleo importante sin ninguna carrera? Siempre te he dicho que tenías que ir a la universidad.
-Estudiar no es lo mío, estaba mas atento a las peleas que a los libros, yo no sirvo para estudiar lo que necesito es estar en movimiento.
-¡Estar en movimiento!- le recrimino su madre enfadada-Lo que importa son los estudios y si quisieras movimiento ya tenías un trabajo en la fábrica y lo dejaste…
-¿Llamas estar en movimiento a fabricar hierros?¿Crees que eso es lo que quiero?- Tom se mostraba enojado-¡Yo necesito acción!
- Sí claro, acción…-su madre veía ese tipo de “acción” como un sueño de niños- perseguir malhechores por las calles de New Brendan…
-Pues mira, eso no estaría mal.
-Estás loco, yo tengo que bajar al bar, no tengo tiempo para seguir hablando de tus “aventuras”
-Servir el café si que es una aventura…
-Por lo menos es un trabajo-dijo Elizabeth reprochándole esa contestación- no como tus sueños, hijo se realista…
-Ya verás, muy pronto será realidad.
Tom salió de la casa convencido de que muy pronto encontraría un trabajo excitante y que le reportara unos 100 dólares mensuales, una cifra muy elevada comparándola con el sueldo de su madre.
-¡Carl! Que sorpresa verte por mi barrio-Tom se acababa de encontrar con su mejor amigo-¿Qué te te trae por Hammond?
- ¡Hey Tom! Voy a buscar un cheque al banco North General, este mes mis comisiones han subido así que le regalaré algo bonito a Catherine-parecía ir muy apurado en el inesperado encuentro- pero no puedo entretenerme amigo o el banco cerrara, quizás mañana te llame, ya nos veremos Tom.
-De acuerdo, espero que aciertes con el regalo para tu chica.
Carl era su mejor amigo, habían crecido juntos en el humilde barrio de Hammond, pero ahora se había ido a vivir fuera, algo que Tom deseaba desde hace mucho tiempo.
Carl Jones se dedicaba a la venta de coches, trabajaba en uno de los mejores concesionarios de New Brendan y las cosas parecían irle bien, tenía un buen trabajo y una gran chica, su novia Catherine era para muchos una mujer perfecta: rubia, esbelta, simpática, en definitiva, una chica encantadora.
Ver a Carl le había alegrado un poco el día, ahora se veía con más ganas de encontrar ese trabajo soñado.
Tom comenzó su búsqueda por algunos puestos de guardia de seguridad que había visto anunciados en el periódico local, se dirigió hasta Haverbrook, donde un casino requería los servicios de tres guardias cualificados.
“Cualificados” Tom lo pensó y se dio cuenta de que el no tenía ninguna experiencia en este mundillo ni tampoco ninguna preparación previa, pero igualmente quería tentar a la suerte, el trabajo lo merecía, estar metido en un casino le atraía más todavía contando con el sueldo elevadísimo que ofrecían, 120 dólares mensuales, una cantidad que triplicaba el sueldo de su madre.
El chico pasó a la entrada del casino, allí se encontraba una especie de recepcionista, Tom se dirigió hasta ella y le preguntó.
-Disculpe, vengo por el puesto de guardia de seguridad ¿Podría llevarme hasta el director?
- Sí, por supuesto-La chica inclinó las gafas y le miro de arriba a abajo-sígame por favor.
La recepcionista abrió una gran puerta que daba a la sala de juegos, la cruzaron mientras Tom miraba las numerosas mesas de apuesta, llegaron hasta el fondo, allí giraron a la derecha metiéndose por un estrecho pasillo que iba a dar a una solitaria puerta, la chica la abrió, se encontraban en una especie de oficinas, siguieron caminando sin cruzar palabra alguna hasta que llegaron a la última oficina.
-Aquí esta el señor director-abrió la puerta, allí se encontraba un hombre de unos 50 años sentado en una mesa y rodeado de papeles, estaba con dos hombres que eran el doble de alto y ancho que Tom- Señor, este hombre pregunta por usted.
-Perfecto, muchas gracias Doris, ya puede retirarse-la chica hizo una especie de reverencia y se marchó-chicos, registrarle.
Los dos hombres asintieron con la cabeza y se dirigieron hacia Tom, comenzaron a tocarle de arriba a abajo en busca de algún posible arma.
-Esta limpio señor
-Perfecto-el director del banco señaló una lujosa butaca-siéntate, por favor
-Si, gracias-Tom tomo asiento lo más delicadamente que pudo-venía por el puesto de guardia de seguridad, estoy dispuesto a ofrecerle mis servicios.
-Veo que el anuncio comienza a dar sus frutos-parecía que el director no confiaba en que nadie se acercara al casino gracias al anuncio-¿Cuáles son tus experiencias previas?
-Ninguna señor, sería mi primer puesto como guardia, pero le aseguro que me empeñaré todo lo que pueda.
-Te empeñaras todo lo que puedas…-el director parecía dar muestras de desprecio ya que Tom le trataba de usted mientras él le hablaba como si fuera un crío-lo siento chico pero este casino necesita gente cualificada y con experiencias previas, no puedes llegar siendo un novato e intentar proteger tanto dinero de cientos de personas.
-Pero yo…
-Pero nada-le corto tajantemente-tus servicios aquí no interesan, ni siquiera pareces tener un buen físico, nosotros necesitamos hombres fuertes para controlar a las masas, creo que el tema ya esta zanjado, ahora por favor acompañarle hasta la salida.
Los dos hombres se dirigieron hacia Tom cumpliendo las ordenes de su jefe.
Tom no se dio por vencido y se fue a preguntar por un puesto al banco del barrio de Long Beach, el Brendan Money House, era uno de los bancos más importantes del mundo, así que el sueldo también sería elevado.
El chico entró en el establecimiento pero salió a la media hora visiblemente decepcionado, de nuevo lo habían rechazado…
Estaba cansado y ya eran las ocho de la tarde, aunque no quería volver junto a su padrastro necesitaba descansar, pese a eso hizo un último esfuerzo y se dirigió al banco al que su amigo Carl Jones fuera a cobrar el cheque que le había mencionado esa misma tarde, el North General.
En esa ocasión Tom abandono el local incluso antes que en el anterior, lo que no había cambiado era su cara de abatimiento, otra vez habían denegado sus servicios.
Tom se encontraba totalmente amargado, por una vez deseo hacer caso a su madre y haber ido a la universidad, a este paso jamás conseguiría un buen empleo.
Pese a que nadie le había contratado, Tom tenía la garganta seca entre intentar convencer a los directivos para que le otorgaran el puesto y el frío de las calles, de esta forma decidió ir a tomar una cerveza a un bar que había visto cuando se dirigía al banco.
Llegó a aquel establecimiento llamado “Bar Petrucci”, era un lugar agradable, bien iluminado y ventilado, con un hilo de música de fondo de muy buen gusto, a la derecha de la entrada se encontraba la barra totalmente pulcra, era atendida por un camarero de unos 45 años, un hombre delgado, unas cuantas arrugas asomaban por su rostro, estaba parcialmente calvo, tan solo le quedaban pelos castaños por su nuca, vestía con un elegante chaleco blanco, una pajarita negra y unos pantalones del mismo color del de la pajarita.
Tras mirar al hombre, Tom volvió a reparar en el bar, era de un color crema muy acogedor, a la izquierda se encontraban unas cuantas mesas con unas sillas de color rojo vivo, sin duda era un lugar con clase, así lo parecían las tres personas que se encontraban charlando en la barra, esos hombres vestían unas chaquetas negras hasta los pies acompañados con sendos trajes del mismo color y unos elegantes sombreros.
-Hola chico ¿Qué te trae por aquí?-Le dijo el camarero despertandolo de su observación a fondo del local, un lugar que le asustaba un poco debido a las personas que se encontraban en él ya que le recordaban a los mafiosos.
-Eeh, me gustaría tomar una cerveza, por favor- titubeó Tom.
-De acuerdo, ahora te la sirvo amigo.
Tom se sentó en una esquina y agachó la cabeza, aquella gente le imponía respeto, además se encontraba demasiado desanimado como para mostrar una sonrisa.
-Aquí tienes chico-El camarero le dejó delante de sus narices una cerveza bien fría, algo que ayudaría a solventar el problema de la garganta seca que Tom padecía.
-Muchas gracias-Tom se seguía mostrando algo asustado, de hecho al coger la jarra parecía estar temblando.
Pese a eso el chico le dio un amplio trago y volvió a bajar la cabeza.
Había pasado un cuarto de hora, Tom seguía en la misma posición solo que esta vez la cerveza estaba por la mitad.
-¿Qué te pasa chaval?¿Problemas con las chicas?
A Tom esa pregunta le cogió por sorpresa, no había levantado la cabeza en todo el tiempo por lo que era normal que pareciese que le ocurría algo, desde luego la felicidad no era el sentimiento que expresaba a primera vista.
-No, bueno si es un problema pero no es ese el que me preocupa ahora mismo.
-Especifica un poco, no te va a comer la lengua un gato, en todo caso te serviré yo la lengua de uno, últimamente los gatos están muy cotizados en el mercado de la ciudad así que tendrías bastante suerte.
Ese comentario le había arrancado una sonrisa, el camarero también le miraba riendo, Tom creía haber conectado con él, por lo que se decidió a contar lo que le sucedía.
-Verá, mi sueño es conseguir un buen empleo, llevó toda la tarde en busca de uno y me han rechazado en todos los lugares que he visitado, me siento como si no valiera nada…
-¿Qué clase de empleo?- preguntó el camarero
-Guardia de seguridad en bancos o casinos, pero parece ser que no doy la talla.
-Te va la marcha- dijo alegremente
-Sí, se podría decir, pero parece que tendré que resignarme a trabajar en cualquier fábrica de poca monta.
-Ya veo, ¿Qué te parece este lugar?-el camarero parecía interesado en contratarlo.
-Es un bar con clase, sin duda, pero si me esta ofreciendo un trabajo, no creo que este sea el lugar más emocionante de la ciudad.
-Todavía no te he ofrecido nada, pero quizás deberías pasarte por aquí la semana que viene.
-No me veo de camarero, es solo un bar, además…
-No, no es solo un bar-le interrumpió- quizás lo parezca pero no es precisamente lo que tu te crees.
-Mmm, de acuerdo, dígame su nombre para preguntar por usted- esa idea de ser algo más que un bar le sedujo.
-De momento mi nombre no te interesa y a mi el tuyo tampoco así que no te molestes en decírmelo, estoy siempre aquí, por algo es mi trabajo, tu solo dedícate a venir a este bar dentro de siete días y hablaremos con unos amigos míos sobre un posible puesto para ti.
-Vale, lo haré ¿Cuánto le debo por la cerveza?
-Invita la casa.
Tom se marchó muy intrigado por el comentario del camarero, no sabía exactamente a lo que se refería cuando dijo que no era un simple bar…