Muy buen reportaje de Marca:
http://www.marca.com/reportajes/2011/12/el_poder_del_balon/2011/12/21/seccion_01/1324422433.html
Noticia:
"Nosotros estábamos seguros de que les podíamos ganar y ser campeones de Europa, pero nos dijeron que eran órdenes de arriba, de Franco, y que no había nada que hacer". Luis Suárez, Balón de Oro en 1960, recuerda la mañana del 25 de mayo de ese año, en la que les comunicaron a los jugadores de la selección española que no iban a viajar a Moscú para jugar el día 29 contra la Unión Soviética el partido de ida de los cuartos de la Eurocopa. Alfredo di Stéfano (Balón de Oro en 1957 y 1959) no paraba de preguntar por qué al presidente de la Federación, Alfonso Lafuente-Chaos, quien no podía dar más explicación que era una decisión tomada "por los que mandan. No vamos a Moscú, lo ha dicho Franco".
Los rostros de los jugadores eran pura frustración. Sabían que España tenía un equipazo con Di Stéfano, Kubala, Suárez, Gento, Del Sol, Peiró… y que podían demostrar ser el mejor equipo de Europa ante la poderosa Unión Soviética, campeona olímpica en 1956 en Melbourne con el mito Yashin en su portería.
El 11 de diciembre de 1959, después de que España eliminará de manera contundente a otra selección del Telón de Acero (Polonia, por un parcial de 7-2), el sorteo de la primera Eurocopa emparejó en París a España y a la URSS, es decir, a un régimen fascista como el español contra el imperio del comunismo. Tras el sorteo, los presidentes de las dos federaciones (Lafuente-Chaos y Valentin Granatkin) fijaron el calendario de partidos: el 29 de mayo en Moscú y el 9 de junio en Madrid, con un posible desempate en Roma o París.
"España tenía un equipazo con Di Stéfano, Kubala, Suárez, Gento, Del Sol, Peiró… y podía demostrar ser el mejor equipo de Europa ante la poderosa Unión Soviética"
Mientras que los dirigentes deportivos veían con interés el duelo con los soviéticos, país con el que España no tenía relaciones diplomáticas, dos de los hombres más poderosos del gobierno de Franco, Carrero Blanco y Camilo Alonso Vega, no tenían intención alguna de que el deporte sirviera para entrar en contacto con el ‘diablo rojo’. A su idea de que no se jugara contra la URSS ayudó la situación política. El 20 de enero de 1960, el embajador de España en Cuba, Juan Pablo de Lojendio, irrumpió en el programa de la televisión cubana Canal 2 ‘Telemundo pregunta’ en el que se entrevistaba a Fidel Castro, ya Primer Ministro. "Un momento, por favor. Vengo a rebatir las acusaciones que se hacen contra la Embajada de España", espetó el diplomático español en medio del programa. El presentador indicó al embajador que tenía que pedir permiso al Fidel Castro para que pudiera intervenir, a lo que contestó Lejendio: "Esto es una democracia, y el señor moderador es el que dirige". Castro, fuera de sí se levantó y gritó: "¡Me va a hablar de democracia el embajador de la mayor dictadura de Europa!". La imagen se cortó, pero no el sonido y se escucharon innumerables y graves insultos entre Castro y Lejendio. Días después, el embajador español fue expulsado de Cuba. El 7 de mayo, a tres semanas del partido, Cuba y la Unión Soviética anunciaban que restablecían sus relaciones diplomáticas.
El viernes 20 de mayo, Helenio Herrera dio la lista de 20 jugadores para el duelo con los soviéticos. Los convocados quedaron citados en Madrid el martes 24 para viajar a Moscú el día 27. A partir del anuncio de los convocados, el partido desapareció de la prensa española de manera misteriosa. "Algo pasaba, oíamos cosas, pero no pensamos que no se fuera a jugar", explica Suárez. El miércoles 25 de mayo apareció en toda la prensa española el mismo comunicado, breve y escueto: "La Federación Española de Fútbol ha comunicado a la F.I.F.A. que quedan suspendidos los encuentros de fútbol entre las selecciones nacionales de España y de la URSS para la Copa de Europa de Naciones".
La decisión acabó de tomarse en el último Consejo de Ministros, que se celebró en Pedralbes. Del mismo salieron victoriosos Carrero Blanco y Alonso Vega (MInsitros de la Presidencia y de la Gobernación , respectivamente), que no querían que una posible derrota ante los rusos (el término soviético se evitaba siempre que se podía) fuera aprovechada por el Kremlin para pasearla por el mundo, algo que el régimen español sí hizo después de que el 18 de mayo el Madrid ganara la quinta Copa de Europa gracias al histórico 7-3 al Eintracht en Glasgow.
Portada del diario MARCA del 26/05/1960
Portada del diario MARCA del 26/05/1960
Pero por encima de eso, no estaban dispuestos a que ningún soviético pisara suelo español. Bajo ningún concepto querían recibir a una delegación en la que habría seguro miembros de los servicios de seguridad soviéticos.
El presidente de la Federación viajó con urgencia a París para intentar buscar una solución. La UEFA, deseosa de que su primer torneo de selecciones fuera un éxito tras el rechazo a participar de Inglaterra, Italia y Alemania Federal, estaba dispuesta a hacer un esfuerzo. España ofreció tres alternativas: jugar los dos partidos en Moscú renunciando a derecho económico alguno a las taquillas y asumiendo todos los gastos de la selección en la semana que tendría que estar en la capital soviética; jugar el segundo partido en campo neutral o, por último, los dos en una ciudad europea que no fuera española ni soviética.
La URSS, cuya prensa, con el Pravda, periódico del Partido Comunista, a la cabeza, aprovechó todo el lío para asegurar que el "gobierno fascista español tiene miedo al equipo del proletariado soviético", rechazó todas las opciones. Bajo una larga carta presentaron una protesta formal ante la UEFA y reclamaron una compensación de 600.000 rublos, unas 555.000 pesetas con el valor de las monedas de 1960. Tenían todo vendido para llenar el Central Lenin Stadion, con capacidad para más de 100.000 espectadores.
Lo cierto es que a los soviéticos, que sabían del potencial de España, no les molestó demasiado la decisión española. En su derecho, instaron a la UEFA a aplicar el reglamento de la FIFA, lo que conducía a la expulsión de España de la Eurocopa. Y así fue. La URSS pasó directamente a la fase final, de la que salió campeona en París. El Congreso de la UEFA de Roma del 21 de agosto de 1960 decidió, pasada ya la tormenta, sancionar a España con una multa de 2.000 francos suizos y ninguna sanción deportiva. De esa decisión no hubo rastro en la prensa española. De hecho, de todo el caso no se escribió ni línea. Europa supo lo que ocurría por un despacho de la agencia AFP titulado ‘El fútbol es víctima de la Guerra Fría’ y por la información emitida el día 26 de mayo por Reuters explicando la renuncia española por una decisión política y el "profundo pesar de los soviéticos por la decisión".
Ese mismo año, Lafuente-Chaos, que defendió todo lo que pudo que el deporte no tenía nada que ver con la política y que había que jugar, dejó de presidir la Federación Española después de cuatro años en el cargo.