La masa social del Sporting de Gijón es de las que puede presumir de tener pedigrí por el buen fútbol, ya que se trata de una hinchada histórica y de las más fieles de España. Pues dicha afición se rindió ayer en su casa, El Molinón, a las excelencias futbolísticas de un Villarreal que está cogiendo el gusto al buen juego y que se adjudicó el XVII Trofeo Villa de Gijón tras derrotar al conjunto rojiblanco por 1-4 y ser despedido entre ovaciones.
Tras bailar al Fiorentina el pasado jueves en El Madrigal, el Submarino prosiguió con su puesta a punto en el último amistoso de la pretemporada, en el que pudo verse a un conjunto amarillo cada vez más cohesionado, que sabe a qué juega y con un tono físico de lo más óptimo.
bloque definido // Sin tiempo ya para probaturas, Marcelino, fiel a su 4-4-2, dio la titularidad, con respecto al Trofeo de la Cerámica, a Pantic, Jokic, Trigueros, Aquino y Jonathan Pereira, quienes aprovecharon la oportunidad.
Bastaron los 22 minutos iniciales de la primera mitad para que el Submarino enmudeciera El Molinón, marcara dos goles por la vía rápida y la afición local abucheara, incluso, a los de Sandoval. Cani y Trigueros deleitaron en la creación, Pereira se convirtió en el mago que se sacó de la chistera las asistencias y Aquino (min. 6) y el propio Cani (min. 22) ejecutaron dos pases de la muerte.
En la segunda mitad no se bajó el pistón. Marcelino dio entrada a Perbet, quien demostró que a los atacantes amarillos no les hace falta gol; les sobra. El galo marcó dos tantos de auténtico killer.
Faltando algo menos de media hora entró la segunda unidad, con el regreso de Dorado, Pina, Hernán Pérez, Moi Gómez, Gio dos Santos, Jaume Costa y Edu Ramos, que posibilitaron que el cansancio no se notara en un Submarino que goleó al Sporting -marcó Carmona el gol del honor al final- y que demostró que llega al inicio de Liga en plena forma.