Cuatro amigos que llevaban la tira de años asistiendo juntos a todos los partidos de su Real Zaragoza en la Romareda. El fin de semana antes de un Real Zaragoza-Osasuna, la mujer de Paco decidió no dejarle ir al partido. Cuando los amigos se enteraron de que Paco estaba castigado por su mujer se mosquearon muchísimo.
Llegó el día del partido, y los tres amigos quedaron juntos para subir al templo para ver a su equipo. Cuando subieron la grada se quedaron perplejos al ver sentado a Paco en su butaca, ataviado con los colores de su Real Zaragoza.
Rápidamente subieron de dos en dos los escalones para enterarse de cómo se había librado de su mujer. Aún muy sorprendidos uno de ellos se atrevió a preguntarle que cómo había convencido a su mujer.
A lo que Paco les respondio:
- Pues mirad chicos, estaba yo sentado en el sofá viendo la tele cuando de repente alguien por detrás me tapó los ojos, se acercó a mí y me susurro al oído "quien soy?" Aparte sus manos de mi rostro y me giré y allí estaba ella con un semitransparente picardías nuevo de color rojo, mmmmmmm que olor me estaba llegando, lo había perfumado con su mejor perfume, aquel con el que me ponía tan cachondo. Me cogió de la mano y me llevó hacia nuestro cuarto, al entrar me di cuenta que había hecho un camino de velas blancas, sobre la cama había pétalos de rosas y unas esposas. Se tumbó en la cama agarrando las esposas con una mano izquierda mientras me decía "átame y esposame a la cama".
Cuando terminé ella me dijo: "haz conmigo lo que quieras", y con dos cojones me vestí y me vine el partido. Ale ale ale ale ale Zaragoza ale Zaragoza ale Zaragoza ale ale
Fuente: aupazaragoza.com