Resulta que el sábado de la semana pasada mi mujer y yo salimos a cenar por ahí, ya que era su cumpleaños. Al final, decidimos ir un rato al bingo. Una amiga de mi mujer es la que se encarga de llevar toda la parte de hostelería y cenas del bingo. Desde hace tiempo, la mujer nos decía que nos pasáramos por ahí y que nos invitaba a cenar, ya que tenía ganas de vernos. Al final, nos animamos y el sábado pasado fuimos a cenar ahí.
Mientras nos servían la cena y demás, estuvimos jugando unas cuantas partidas, ya que el bingo estaba bastante alto (casi 400 euros). Además, a las 10 se iba a jugar la partida de prima, que es una partida especial donde si cantas bingo, además de llevarte el dinero del bingo, te llevas un extra especial (de 1800 euros). Al final, sumando bingo y prima, te puedes llevar más de 2000 euros. Por eso, nos esperamos un poco después de la cena hasta las 10 que salía esa partida de prima.
En esta partida de prima el cartón me vino bastante bien. Cuando cantaron línea yo llevaba 11 números tapados (solo me quedaban 4 para el bingo). Normalmente, los bingos los suelen cantar entre las 55 y las 60 bolas. A mí con 30 bolas solo me quedaban 3. Al final, me quedé a palo de bingo con la bola 41. Por lo tanto, el cartón que me vino era muy bueno.
Me quedaba el número 61 para bingo. Normalmente, antes de que la máquina cante el número, la bola suele aparecer en los monitores que hay en la sala (transcurren un par de segundos entre que aparece la bola en la pantalla y se canta el número). El número no se marca en los paneles hasta que no se canta. De hecho, hay veces, que algunas personas al ver el número en la pantalla suelen cantar el bingo (pensando que lo hacen bien), cuando lo que hay que hacer es esperar a que la máquina lo cante y así el número reluzca en el panel. Si lo cantas antes de que se marque, no se considera bingo (aunque esté en pantalla).
Resulta que a mí me salió el número 61 en la pantalla (que era el que me quedaba para cantar bingo). Lo que pasaba era que la máquina no lo cantaba. El número se veía fijo en la pantalla, pero parecía que la máquina se había bloqueado (ya que no cantaba el número ni caían más bolas).
Estuvieron como 30 segundos esperando para ver si la máquina se arreglaba sola (algunas veces pasa).
Al final, el jefe de sala dijo que había un problema técnico con la máquina, y no sabían lo que pasaba, ya que estaba bloqueada. Estuvieron media hora intentando arreglarla, pero no consiguieron nada. Finalmente, tuvieron que llamar al servicio técnico que se encuentra en otra ciudad.
Yo pregunté a una de las que repartían cartones si se iba a anular la partida o algo. Yo estaba preocupado, ya que el número que venía después era el 61 (el que tenía bingo). Yo no le dije a esta señora nada de que tenía bingo. Solo le comenté que si se iba a anular o algo. Ella me dijo que no, que era un problema de la máquina (que ya ha pasado más de una vez) y que en cuanto la arreglen, la partida sigue tal como estaba.
Entonces, ya me quedé tranquilo (en cuanto se reanudara la partida, y cantaran el 61, yo solamente tenía que decir bingo). Le quise dar una sorpresa a mi mujer, así que no le dije absolutamente nada de esto (de que tenía bingo). Por eso me callé y no dije nada.
Al final tardaron más de 4 horas en venir los del servicio técnico. Llegaron a las 2 y pico de la madrugada. Todos los clientes estaban enfadados, por estar sin hacer nada durante 4 horas (ahí sentados pasando el rato), esperando a que arreglaran la partida para seguir la partida. Todo el mundo quejándose y diciendo que menuda noche más tonta, ahí sin poder hacer nada.
Al final arreglaron la máquina. El jefe de sala dijo que se reanudaba la partida, en el mismo punto donde lo habían dejado. Entonces, la máquina cantó el número 61 y yo ya pude decir "Bingo". Al final, mereció la pena: a pesar del aburrimiento de estar 4 horas sin hacer nada, pude enganchar la prima.
Resulta que a la gente le sentó mal que yo cantara bingo. Algunos pensaron que yo había cantado bingo por hacer la gracia (en plan "broma"), pero luego comprobaron el cartón y vieron que era bingo. Todo el mundo no paraba de quejarse (que si menudo cachondeo, que si esto, que si lo otro, etc...).
Una mujer que había en la mesa de al lado me dijo que si yo ya tenía el bingo, tenía que haberlo dicho cuando se rompió la máquina, a las 10 de la noche, ya que todo el mundo ha tenido que esperarse 4 horas hasta que arreglen la máquina, pensando que la partida iba a continuar. La señora se muy puso un poco flamenca conmigo. Me empezó a decir, que me he estado riendo de todo el mundo y que qué me costaba decir que el número 61 lo tenía y era bingo, ya que al haber sabido que había bingo, la gente se hubiera ido a otro sitio, en lugar de haber estado cuatro horas esperando sin hacer nada. Algunas personas que había alrededor dijeron que la señora llevaba razón y que tenía que haberlo dicho, ya que les ha sentado como un jarro de agua fría esperar 4 horas para nada, de una manera absurda. Otra mujer se puso a meter cizaña (que si yo había gritado "bingo" de una manera irónica, que si lo hice en plan burlón, que si lo hice con la sonrisita en la boca sabiendo que les había hecho esperar 4 horas). Yo cuando dije "Bingo" lo hice normal (ni exageré, ni hice ningúin gesto raro). Si yo me callé y no dije nada a nadie de que ya tenía bingo fue por darle una sorpresa a mi mujer. Una de las mujeres me dijo que ya soy mayorcito para jueguecitos y que "eso no se hace".
Una de las trabajadoras que me pagó el premio también me dijo algo parecido (que tenía que haberlo dicho, para que así la gente se hubiera ido a su casa y no haber esperado 4 horas para terminar una partida que ya estaba resuelta). Además, cuando me pagó el premio, iba medio refunfuñando diciendo que "qué poquitas luces".
Yo le dije que no hay una obligación por mi parte de tener que avisar a nadie. Legalmente, las normas del juego lo dicen: hay que cantar bingo cuando se CANTE el último número (se marque en el panel). Un número que aparece en pantalla (ha sido extraído) pero no ha sido cantado, no se considera bingo. El bingo se produce cuando se canta el número. Así que matemáticamente, yo he seguido las directrices del juego. No tenía obligación de decir que con el 61 tenía bingo, ya que la partida no termina hasta que la máquina diga "61". De hecho, si yo digo "Bingo" cuando el 61 se ha extraído, pero no se ha cantado, a la hora de comprobar el cartón, me faltará el 61 (ya que no reluce en el panel).
La trabajadora me decía que sí, que legalmente llevo razón, pero que sabiendo que era una avería que iba a ir para rato, tendría que haber avisado de que con el 61 ya tenía el bingo. Ellos hubieran pasado mi cartón por la pantalla para que todo el mundo viera que era verdad y que solo me quedaba el 61 (que ya estaba extraído, aunque no cantado), y asi la gente se hubiera ido a casa en lugar de haberles tenido esperando tanto tiempo pensando que la partida iba a ser más "duradera". Me decía que tengo que entender que eso sienta muy mal al resto de clientes, ya que han estado cuatro horas ahí sin hacer nada, para luego no tener posibilidad de premio (ya que el 61, que era el siguiente número lo tenía yo). La chica me comentaba que es normal que se hayan enfadado, ya que después de cuatro horas esperando, para que la máquina cante un número y oír "Bingo", no debe sentar bien, ya que es como si se estuvieran riendo de ellos. Por eso, tendría que haberlo dicho.
¿Os parece normal y comprensible el enfado de la gente? ¿Pensáis que yo tenía obligación de decir que me quedaba el 61 a todo el mundo? ¿Es una cuestión de "legalidad" o "moralidad"? ¿Qué os parece la argumentación de la trabajadora?