Naces, creces y en el colegio o en el instituto te hacen unas cuantas putadas que no olvidarás en toda tu perra vida. Luego empiezas a tratar de definirte como persona, a tratar de ser la ostia pero con el tiempo ves que sólo eres tú mismo y no dejas de decepcionarte y descubrir nuevas limitaciones.
Atacas a tus primeras chicas, al principio no importan mucho pero pronto empiezas a estar hasta los cojones de tantos palos. Enfilas alguna etapa de hincharte a follar, ves la luz, todo es cojonudo, pero se va igual que vino. Un amigo gilipollas que conoces desde crió folla mucho mas que tú, cualquier tia follará lo que tú no follarás en diez vidas. Extraes negrísimas lecturas sobre el comportamiento humano.
Un día te miras al espejo y ya eres adulto, has dejado de ser un chico prometedor para convertirte en alguien normal y ordinario, como ya no has destacado jamás destacarás, ya no eres especial.
Consigues un trabajo de mierda con sueldo de mileurista, tu familia te felicita como si fuera un milagro, te dices a ti mismo que es solo temporal y pasan los años. Una mañana te das cuenta de que esta es tu vida y de que el resto tampoco va a ser nada especial.
Te coges unos días libres, viajas un poco, ves destinos turísticos llenos de japoneses y anglosajones colorados con ropa de aventurero. Solo te sirve para darte cuenta de la vida que no puedes permitirte y regresas al trabajo, a mantener la productividad alta y poder pagar el nivel de vida mínimamente soportable que llevas.
Una mujer, ni guapa ni fea, igual de desesperada que tú, se te arrima con desgana dispuesta a concebir a tus hijos, de vez en cuando tiene un inmenso y desproporcionado rebote con alguna chorrada y concluyes que está tremendamente frustrada. No te abandonará jamás porque ya pasa de los 35 y no puede aspirar a nada mejor.
Siempre te compara con algún novio que tuvo y te hace ver que nunca fuiste su primera opción, con el tiempo su voz es como el zumbido del aire acondicionado para tí.
Una tarde, al salir del mismo trabajo aburrido y mal pagado en el que llevas atrapado media vida sientes un fuerte dolor en el brazo. Despiertas en el hospital y allí están tu mujer y dos decepcionantes hijos: una es un zorrón que come pollas a cambio de coca los sábados, el otro es un anormal obeso que dice que quiere tomarse un año sabático y dejar de estudiar. Todos lloran realmente preocupados pensando que palmabas.
El médico te dice que solo ha sido un susto, que no es nada serio, que hagas ejercicio y comas bien. Pero aún así todas las navidades rememoras el asunto en plena cena y la parienta llora.
Llegas a una edad avanzada, notas que el mundo ya te ha dejado atrás. La tecnología te supera, la gente es rara, las noticias te escandalizan y salir fuera te asusta. Miras por la ventana durante horas y te das cuenta de la puta verdad: Lo mas emocionante que te ha pasado en la vida ha sido ir al estreno de “El señor de los Anillos” o acabarte el “Shadow of the Colossus” en la Play.
Nunca has hecho nada excepcional, nunca has sido un héroe para nadie, tus palabras u opiniones nunca han sido escuchadas, tu existencia en este mundo ha pasado completamente inadvertida salvo por la contaminante huella de carbono fruto de tu existencia consumista.
Esta será tu vida a grandes rasgos, o la tuya, o la tuya, da igual quién lea esto. Es una verdad inapelable, matemática. Tratarás de huir de esto viviendo experiencias límite, tomando drogas, desmadrando con el coche, pero nada te apartará de este camino que ya está trazado.
Desmentidlo.