El propio futbolista, cuyo contrato con el Valencia expira el 30 de junio de 2011, fue quien frenó la operación de cuajo. El internacional, nada más enterarse del interés por boca de su representante, Miguel Ángel Cermeño, dijo no estar interesado en cambiar de aires. Le dio igual que la oferta fuera por un mínimo de cuatro temporadas y supusiera un evidente aumento de sus emolumentos.
Por la mente del de Benicalap, que también ha priorizado aspectos personales, como el inminente nacimiento de su primer hijo, sólo pasa recuperar su pasada condición de pilar blanquinegro. Vicente está contento de cómo están yendo las cosas esta campaña, en la que se ha reinventado como jugador menos rápido y más efectivo que antes de la plaga de lesiones de los últimos años, pero cree que aún puede ganar regularidad y un sitio en el once de Unai Emery en lo que resta de curso.
Los técnicos del Tottenham apostaron abiertamente por la incorporación del interior después de que cuajara su mejor actuación de la temporada. Tras verlo en directo varios encuentros, fue definitiva su presencia en Mestalla en la vuelta de octavos de Copa ante el Racing, jugada el 14 de enero, en la que el internacional anotó dos tantos. Horas más tarde, no en vano, su agente recibiría la primera llamada londinense.
La rotunda negativa de Vicente -que se reafirmó en su idea, tres días después, cuando charló personalmente con Cermeño en vísperas del duelo liguero ante el Athletic- dejó sin margen de maniobra a los dirigentes del conjunto de Mestalla. Estos, a quienes no hubo tiempo de tantear por parte de sus homólogos del Tottenham, cuanto menos hubieran estudiado seriamente la propuesta. Las evidentes urgencias económicas del Valencia y la presencia de Mata en la plantilla convertían en muy apetecible la intentona de los británicos, quienes, a los movimientos posteriores hay que remitirse, han demostrado ir sobrados de líquido: cinco refuerzos y cerca de 50 millones de euros gastados es su balance en el mercado invernal.
César Sánchez, curiosamente, ha tomado el camino opuesto al que proponían al internacional. El extremeño es uno de los tres jugadores que ha abandonado la disciplina del club londinense en las últimas semanas -los otros dos han sido los también suplentes Ghaly y Boateng- para poder cubrir la baja por lesión de Renan en la meta blanquinegra.