Aún recuerdo aquellas soleadas tardes en Mallorca, donde el shushi estaba a 100.000 pesetas (Ah, añorada peseta) y no como ahora, que parece que como rodeado de chusma, pagando 142 euros. Menos mal que nunca llevo billetes por debajo de 200, entrego el billete, y le digo que se quede con la vuelta.
Conservo también los recuerdos de antes, cuando en Mallorca era dueño de 3 casinos, y no como ahora, que tengo 3 discotecas en las que servimos Yurinkas por 100 pavos.
Pero en fin, les contaré mi historia: Un día cogí el yate más cochambroso del garaje (creo que fue el último de Abramovich, el cabrón se nota que ha pasado de fichar Drogbas a fichar Falcaos) y decidí ponerme a la mar a ver si pescaba algo. Los peces que recogía eran para sacarme fotos del instagram. Nada más.
Aquí termina mi historia, que se me acaba de terminar el papel higiénico. Naah, no importa, tengo en el bolsillo 3 billetes de 100 que me resuelven para esta ocasión.
Como decía, al hacerme a la mar, encontré un rudo pescador. Debido a mis buenos modales, le pregunté: "Gusta un poco de shushi? Luego subiríamos la foto a instagram". A lo que ese rudo marinero, llamado Rafa, de apellido Güizaputoamo, me dijo: "Yo si me gasto los megas, es para fichar a Eto'o".
Qué es eso de LVM?, pregunta que me hacía yo mismo. La respuesta por parte de Rafa no tardó: "LVM está muy bien. Me pongo que estoy ausente por vacaciones y te cuento como va la movida".
En ese momento cambió mi vida, descubrí LVM. Ahora soy incluso más humilde, me he dignado a saludar a plebeyos como The amo.